Una costa de acantilados y playas escondidas
La Palma no es una isla de grandes playas turísticas, pero su litoral ofrece rincones de belleza incomparable. Playas de arena negra como Nogales, Charco Verde o Echentive destacan por su entorno salvaje y sus aguas cristalinas. Además, los acantilados de la costa noroeste, como los de La Fajana o el Porís de la Candelaria, ofrecen paisajes espectaculares donde el océano golpea con fuerza contra las rocas volcánicas.
Un cielo protegido para la observación de estrellas
Más allá de su riqueza natural en tierra, La Palma también es conocida por su cielo limpio y libre de contaminación lumínica. Gracias a la Ley del Cielo, la isla es uno de los mejores lugares del mundo para la observación astronómica. El Roque de los Muchachos, con su observatorio internacional, atrae a científicos y aficionados a la astronomía que buscan maravillarse con la inmensidad del universo.
En definitiva, La Palma es un paraíso natural donde los volcanes, los bosques, el mar y el cielo se combinan para ofrecer una experiencia única. Un destino imprescindible para quienes buscan belleza, aventura y conexión con la naturaleza.

